Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Qué soy?

Claro que me gusta
que me vitoreen como si fuera una gema
en el vértice de la pirámide más alta.
Y brillar como si no hubiera estrellas
ni cinturón donde leer destinos brujos.

Pero me concentro
en el dedo más pequeño de mi cuerpo,
y observo diminuta e insignificante
la materia perecedera que me forma.

¿Qué soy? si en este vientre dudoso
de tierra cuarteada, donde tan perdida
me siento, que nada busco ni nada tengo,
apenas distingo si gozo de manos para
engendrar el amor que se me escapa
de todas estas células que me respiran.

Y en el último rincón, escondida,
en esa sombra que ejercen todos los que
alzan su grandeza sobre mi, admirada
me condeno a ser una voyeur
que derrama sus encantos en la mirada rota.

Mirad cómo esta ternura esconde
un dolor cercano a la muerte,
a ese trance que desquicia los instantes
en el fino equilibrio que grita que, seguir,
es un combate en una cuerda floja donde
la caída supone despedirse de la ternura,
de esta mirada que toca clavando las pestañas.

Y reconozco mi refugio en
una cobardía silenciosa de treguas.
Efímera soy en la espiral
donde nada es lo que parece.

Y callo.
Y escribo.
Y amo.
Y también duermo de día.
Mayte Albores
 

1 comentario:

Magda Robles dijo...

"Efímera soy en la espiral
donde nada es lo que parece."

Por fortuna, en esta vorágine momentanea llamada vida, me tropecé con tus letras...
Un beso!


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE